Un día, en la escuela, junto a mis amigos de colegio, decidimos recoger anonas cerca de mi escuela, me ofrecí subir al árbol por que quería comer las frutas mas grandes, subí muy rápido y comía las frutas sin pensar en mis compañeros, que desde abajo me miraban, me di cuenta de ellos y cogí las mas pequeñas y las solté para ellos. Mis amigos me dijeron coge más para el salón, entonces entonces deje caer cinco mas, mis amigos se fueron. Al verme sola quise baja, pero me quede paralizada cuando mire hacia abajo, no podía bajar, me quede allí mucho tiempo. Desde el árbol vi que mis compañeros daban examen y yo me sentía muy mal y con mucho miedo. Mas tarde mi mamá llego a la escuela preguntando por mi y nadie decía haberme visto. Mi mamá muy preocupada se regresaba y yo desde el árbol la llame, mi mamá me miro y me dijo baja que te daré un par de correazos , yo le respondí no puedo bajar. Mi mamá fue a avisar a mi papá, pero para mala suerte este había ido al mercado a vender su mitayo, yo tenía muchas ganas de orinar , pero no lo podía hacer por que muchos niños curiosos se habían reunido al rededor de árbol para mirarme. Mi padre llegó a las siete de la noche con unas largas escaleras por las que baje y cundo bajaba prometí nunca mas subir en el árbol
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