Se iniciaban las elecciones municipales escolares mi amigo y yo, estábamos aguja no había plata ni para hacer rezar un ciego, entonces yo tuve la gran idea de falsificar los carnets de votación y venderlos a menor precio que la dirección, mi amigo estuvo de acuerdo, hice el diseño e imprími medio ciento de carnets de votación.
mi amigo se encargaría de venderlos, todo iba bien ya habíamos ganado treinta lucas, hasta que alguien nos tiro dedo y a la hora de clases entraron al salón de clases la directora y el auxiliar diciendo en voz alta nuestros nombres y posteriormente nos llevaron a la dirección donde nos hicieron declarar lo que había echo. A mi amigo le dieron una semana de suspención porque él había vendido los carnets y yo sólo lo diseñe, a mi por otro lado la directora me dio dos opciones, a elegir una semana de suspencion o diseñar los carnets para la dirección y obviamente escogi la numero dos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario